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domingo, 25 de marzo de 2018

Fin de semana de la muerte clandestina.


Este fin de semana que pasó fue uno intenso para el país en materia de conmemoraciones. Días que, a simple vista, poca relación tienen pero que, desde un abordaje mucho más profundo, comparten sangrientos puntos claves. Me refiero, entonces, al Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, y al Día del Niño por Nacer.

Por dectreto del ex presidente Carlos Menem, el 25 de marzo es en Argentina el Día del Niño por Nacer.  La fecha fue elegida por ser el día en el que el catolicismo celebra la Fiesta de la Anunciación, es decir, la concepción de Jesucristo en el seno de María. Por lo que la fecha tiene, entonces, un tinte netamente religioso, aunque muchos sectores "a favor de la vida" intenten desligar su posición frente al aborto de lo estrictamente espiritual, y por otro lado, no es menor advertir que esta ‘celebración’ se lleva cabo veinticuatro horas después del aniversario de la más sangrienta dictadura que vivió el país. 

Fue justamente a fines de la década de 90’ cuando las manifestaciones y escraches contra los militares genocidas de la última dicatura militar crecían entre la juventud, exigiendo justicia y repudiando la impunidad. En este contexto, se establece esta fecha que, queda claro, constituye un avance de los sectores más conservadores de la iglesia, cuya jerarquía sostuvo vínculos permanentes con la cúpula militar de la última dictadura.

Tal vez, la cara más visible hoy del movimiento que se autodenomina "pro- vida" en el país sea Mariana Rodriguez Varela, una catolica youtuber que lleva a cabo la campaña de "El Bebito" y que, justamente en alusión al 25 de marzo, proponía colgar muñecos y stickers con la silueta de un embrión para “defender la vida” .


La campaña impulsada por Rodriguez Varela se opone a todo tipo de derecho al aborto. Inclusive a los ya contemplados por la Ley que rige en nuestra Constitución hoy como los casos en los que se desea interrumpir el embarazo por ser producto de violación  o aquellos casos en los que la vida de la mujer gestante esté en peligro.

Rodriguez Varela fue una de las maximas impulsoras de la marcha a favor del niño por nacer que se realizó en nuestro país este domingo. Pero, tambien, es la hija de Alberto Rodriguez Varela quien fue Ministro de Justicia en la dictadura cívico militar y que, además, defendió a Videla en los casos de robos de bebes.

Una doble moral que espanta y que lastima. La impunidad como bandera. Una mujer cuya familia fue cómplice del mayor horror que vivió el país busca coartar el derecho de miles de mujeres de abortar de manera segura, legal y gratuita en todos los hospitales públicos del país, siendo que, según estadísticas del Ministerio de Salud, la segunda causa muerte de gestantes se debe a los abortos inseguros. Estos se realizan en clínicas clandestinas o con pastillas pero sin información y cada mujer que lo realiza y no tiene los recursos suficientes para hacerlo en una clínica, corre riesgo de vida. 

Parece que imponer sobre cuerpos ajenos cuestiones en favor de la Iglesia es moneda corriente en la casa de los Rodriguez Varela. 

En pos de ciertos valores que tenían que ver con la espiritualidad, las buenas costumbres, un modelo de familia y sociedad determinados y estereotipados, se desapareció a 30.000 personas. Jóvenes con ideales fuertes, buscando un destino mejor para todos. Es pos de ciertos valores que tenían que ver con la buena fe y el ser "un buen ciudadano" como oposición a un supuesto enemigo interno, se detuvo en centros clandestinos y se torturó a cientos de miles, sin importar absolutamente nada, ni la edad, ni la condición fisica ni mental, ni siquiera importaba si la mujer detenida estaba embarazada.

Robaron bebes y tiraron los cuerpos de sus padres en los famosos "vuelos de la muerte". Robaron bebes, y defienden hasta hoy esa causa, ¿y se hacen llamar pro vida?

Pro vida de quién. Me pregunto si hay vidas que valen más que otras en la jerarquía de esta gente. La vida de aquellos jovenes militantes a los que decidieron sistemáticamente secuestrar, torturar y desaparecer, no valían mucho. Eran el enemigo. Lo que había que exterminar. La vida de aquellos bebes que les fueron arrebatados a sus padres, no valían mucho. Su identidad importaba poco, era algo que se podía corregir. Por eso, se los quedaron.  Y si pensamos que la no legalización del aborto hace que las mujeres sigan abortando en la clandestinidad y, por tanto, poniendo en riesgo su vida,  la vida de estas mujeres también importa poco. Me pregunto, entonces, qué vidas defiende la lógica Rodriguez Varela. 

El futuro llegó hace rato y es feminista. Solo queda continuar con la lucha de las Madres y de las Abuelas. Sólo queda continuar con la lucha de las pibas para que dejen de matarnos. Habrá que involucrarse y buscarlos hasta encontrarlos. A los desaprecidos. A sus hijos. Habrá que seguir exigiendo que haya eduación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal seguro y gratuito para no morir. Todos está guardado en la memoria, dicen.  

Memoria, verdad y justicia por los treinta mil y por las pibas que se mueren en la clandestinidad, para que no haya más impunidad y para que el Estado defienda de manera real e integral la vida de todes y no bajo la lógica elitista de los Rodriguez Varela.